El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurológica que se caracteriza por tres síntomas principales: dificultad para mantener la atención, hiperactividad y impulsividad. Estos síntomas pueden interferir con el rendimiento académico, las relaciones interpersonales y la capacidad de llevar a cabo tareas cotidianas.

El origen exacto del TDAH es aún desconocido, pero se cree que puede ser causado por una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunos estudios han demostrado que la predisposición genética es un factor importante en el desarrollo del TDAH. Existen numerosos estudios que sugieren que el TDAH es heredable. Estudios de gemelos han demostrado que la concordancia de los síntomas del TDAH es mucho más alta entre gemelos idénticos que entre gemelos fraternos, lo que indica que la predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo de la condición (Faraone, 2005 & Larsson, 2012).

Por otro lado, también se han identificado factores ambientales que pueden contribuir a la aparición del TDAH, como la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo, el consumo de alcohol y tabaco por parte de la madre durante el embarazo, y lesiones cerebrales traumáticas (Biederman et al., 2000; Braun et al., 2006 & Nigg et al., 2010).

Desde la perspectiva de la psicología, el diagnóstico del TDAH implica una evaluación exhaustiva del comportamiento y los síntomas del individuo. Los psicólogos utilizan una combinación de entrevistas, pruebas psicológicas (como por ejemplo pruebas de atención como el CPT o las Escalas Conners; así como también pruebas neuropsicológicas como la Batería de Evaluación Neuropsicológica y también pruebas de evaluación de síntomas como el ADHD-RS), evaluaciones de comportamiento y observaciones clínicas para determinar si una persona cumple con los criterios diagnósticos establecidos por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) para el TDAH.

Además, es importante que el diagnóstico de TDAH sea realizado por profesionales capacitados, ya que los síntomas del TDAH pueden ser similares a los de otros trastornos psicológicos, como la depresión o el trastorno de ansiedad. Por lo tanto, es importante que el diagnóstico sea preciso y basado en una evaluación exhaustiva para que el individuo pueda recibir el tratamiento adecuado.

Aunque su origen exacto es desconocido, lo que sí es importante es que el TDAH es una condición neurológica que genera malestar en los niños y niñas, así como en su entorno que puede en un principio entender que puede ser debido a mal comportamiento. Por ello es importante acudir a un psicólogo especialista en evaluación del TDAH para poner en marcha técnicas y soluciones ante las problemáticas que puedan surgir, y sobre todo para disminuir su malestar.

  1. Qué significa ser hiperactivo.

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que se presenta en niños que manifiestan dificultades para mantener la atención así como comportamientos hiperactivos e impulsivos excesivos para su edad en comparación al resto de compañeros.

Por problemas atencionales nos referimos a las dificultades para mantener la atención mientras se juega, se realizan las tareas del colegio o cualquier tarea que requiera un esfuerzo atencional elevado.

Cuando hablamos de hiperactividad, entendemos  la dificultad para estar quiero, sentado o a ese movimiento excesivo en lugares en los cuales no se espera ese comportamiento.

Las conductas impulsivas se observan por ejemplo a la hora de hablar (son niños que hablan mucho, responden antes de escuchar la pregunta de manera completa, interrumpen habitualmente a los demás…).

Dentro del TDAH existen tres tipos:

  • El primer tipo es el conocido como trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominante inatento. Son niños que pueden estar tranquilos a nivel motor pero no prestan atención a lo que están haciendo.
  • El segundo tipo sería el trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominante hiperactivo-impulsivo. Estos niños presentan la mayoría de los síntomas o problemas en conductas relacionadas con la hiperactividad e impulsividad.
  • El tercer tipo es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo combinado. Este es el más común en los niños, presentan síntomas tanto hiperactivos e impulsivos como atencionales.
  1. Enumerar entre 5 y 10 signos que indiquen que un niño es hiperactivo, teniendo en cuenta la edad.

Hiperactividad en el primer año de vida:

  • Problemas de sueño: Dificultades para dormir las 16 horas que suelen dormir los niños a estas edades.
  • Problemas de alimentación: Les cuesta mucho comer.
  • Irritabilidad y excesivo llanto.
  • Dificultades en la adaptación a los cambios de rutina.

Hiperactividad en el segundo año de vida:

  • Niños muy inquietos: Están continuamente saltando, corriendo de un sitio para otro.
  • Cambia continuamente de juego y juguete, se cansa en seguida.
  • Carece de la sensación de peligro y por tanto realiza conductas que lo pueden llevar a tener accidentes.

Hiperactividad entre los 3 y 6 años de vida:

  • Continúa la inquietud motora que se observaba en la etapa anterior (elevada inquietud).
  • Dificultad para jugar solo y continúa cambiando de actividad y juego de manera continua.
  • Dificultad en el manejo de la frustración (son niños que no toleran perder).
  • Agresividad con otros niños. Sufren rechazo social.
  • No responden a premio ni castigos, es como si no les importara y por tanto no cambian la actitud a pesar de la consecuencia (castigo o premio).
  • Dificultad para seguir las normas en la Escuela Infantil.
  • Presentan conductas de desafío y desobediencia ante las figuras de autoridad (padres, maestros…).
  • Parece que no escuchan cuando se les habla.
  • Excesivas rabietas, las cuales ya no son evolutivas en esta edad.
  • Juego inmaduro y muy motor en comparación al resto de niños de su edad.

Hiperactividad entre los 6 y 12 años:

  • Problemas de conducta en el colegio: Los maestros se quejan que no hacen caso, no están quietos en la silla, molestan a los compañeros…
  • Dificultades de aprendizaje escolar: Repeticiones de curso, problemas en la lectura, escritura, matemáticas…
  • Se distraen con facilidad.
  • Conductas impulsivas, desobediencia tanto en casa como en cualquier contexto.
  • Continúa la escasa tolerancia a la frustración, por tanto presentan enfados y rabietas cuando algo no les sale bien o no consiguen lo que quieren en el momento.
  • Problemas de sueño.
  • Dificultades en las relaciones con otros niños, en estos niños se observa que tienden a buscar niños más pequeños que ellos para poder jugar en base a las reglas que ellos imponen al ser más mayores.

Adolescencia

  • Impulsividad y problemas para mantener la atención de manera constante.
  • Presentan escasa motivación en los estudios, debido a los fracasos que arrastran en primaria, esto provoca problemas de autoestima y de autoconcepto de sí mismos.
  • Escasa responsabilidad en sus tareas u obligaciones, tanto en casa como en el contexto escolar.
  • Las dificultades en las relaciones sociales se van acentuando.
  • Problemas relacionados con la ingesta de sustancias (abuso de tabaco, drogas, alcohol…).

https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/cuidados-casa/diez-mitos-tdah-deficit-atencion-hiperactividad

Bibliografía

Braun, J. M., Kahn, R. S., Froehlich, T., Auinger, P., & Lanphear, B. P. (2006). Exposures to environmental toxicants and attention deficit hyperactivity disorder in U.S. children. Environmental health perspectives, 114(1), 1904-1909.

Biederman, J., Monuteaux, M. C., Mick, E., Spencer, T. J., & Wilens, T. E. (2000). Influence of environmental factors on the development of attention-deficit/hyperactivity disorder. Biological psychiatry, 48(12), 997-1006.

Faraone, S. V., & Biederman, J. (2005). Genetics of attention deficit hyperactivity disorder. Psychiatric clinics of North America, 28(3), 969-982.

Larsson, H., Chang, Z., D’Onofrio, B. M., Langstrom, N., & Lichtenstein, P. (2012). A genetic perspective on the comorbidity of attention-deficit/hyperactivity disorder and conduct disorder. Journal of Abnormal Psychology, 121(4), 883-894.

Nigg, J. T., & Nikolas, M. (2010). Genetic and environmental influences on ADHD symptom dimensions of inattention and hyperactivity-impulsivity: a meta-analytic review of twin and family studies. Clinical psychology review, 30(3), 411-426.

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