Psicólogo Infantil Valencia

En Alemar disponemos de amplia experiencia como psicólogos infantiles en Valencia y nos dedicamos a trabajar cada una de las características que engloban las diferentes dificultades, con familiares, niños y adolescentes.

Nuestra metodología de trabajo se adapta a cada caso en particular, consiguiendo de esa manera favorecer el desarrollo y el bienestar del niño/adolescente y su familia, su integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal, haciéndoles partícipes a cada uno de ellos de las sesiones tanto de evaluación, diagnóstico e intervención.

Por tanto, un psicólogo infantil se encarga del estudio del comportamiento del niño, desde su nacimiento hasta su adolescencia.

De esta forma, esta rama de la psicología se centra en el desarrollo físico, motor, cognitivo, perceptivo, afectivo y social. El profesional de la psicología infantil se dedica a ayudar a niños y adolescentes que necesitan un apoyo especializado para dar solución y superar determinadas dificultades, así como problemáticas específicas que pueden prolongarse en el tiempo a nivel de desarrollo o emocional.

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No comprenderemos al niño si no nos esforzamos por ver las cosas como él las ve

Carl Rogers

En nuestro centro de Psicología infantil en Valencia nos dedicamos a trabajar  las diferentes dificultades de los niños, adaptándonos a cada caso en particular, de esta manera se consigue  favorecer el desarrollo y el bienestar de la persona.

Desde esta premisa parte nuestro trabajo, hemos de esforzarnos en ver las cosas como las ve un niño, bajar  a su mundo, para de esa forma poder ayudarle de manera satisfactoria, de esa forma la psicología infantil puede ayudar a los más pequeños y a los adolescentes.

Así podemos ayudar a tu hijo como psicólogos intantiles en Valencia

Agresividad infantil

La agresividad infantil es normal durante la infancia, pero puede ser un problema cuando hay persistencia y recurrencia (por ejemplo es normal que un bebé se comporte llorando o pataleando).

Sin embargo, estas conductas no se consideran adecuadas en etapas evolutivas posteriores). Ciertas manifestaciones pueden ser admisibles, pero no por ello hay que dejar de atenderlo.

Es importante recordar que un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia complica las relaciones sociales que va estableciendo a lo largo de su desarrollo y dificulta por tanto su correcta integración en cualquier ambiente.

    El problema de la agresividad infantil

    Se trata de uno de los trastornos de conducta que más preocupan a padres y a maestros, junto a la desobediencia.

    A menudo nos enfrentamos a niños agresivos, manipuladores o rebeldes, pero no sabemos muy bien cómo debemos actuar con ellos o cómo podemos incidir en su conducta para llegar a cambiarla.

    Hablamos de agresividad cuando provocamos daño a una persona u objeto y se puede presentar: 

    • De modo directo como un acto violento intencionado hacia otras personas. El daño puede ser físico (patadas, empujones,…)  o verbal (insultos, palabrota…).
    • De modo indirecto cuando se agrede a los objetos de la persona que le ha causado el enfado.
    • Contenida, según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.

    Los arrebatos de agresividad infantil son un rasgo normal en la infancia pero algunos niños persisten en su conducta agresiva y en su incapacidad para dominar su mal genio.

    El comportamiento de estos niños hace que sus padres y maestros no sepan como actuar, siendo frecuentemente niños frustrados que viven el rechazo de sus compañeros, no pudiendo evitar su conducta.

     

    En nuestro centro de Psicología trabajamos con niños que presentan agresividad infantil

    Te recomendamos poner solución cuanto antes, ya que un buen pronóstico a tiempo mejora siempre una conducta inadecuada que habitualmente suele predecir otras patologías psicológicas en la edad adulta.

    Un comportamiento excesivamente agresivo en la infancia si no se trata, derivará probablemente en:

     

    • Fracaso escolar.
    • Conducta antisocial en la adolescencia y edad adulta.

    Altas capacidades

    El niño con altas capacidades presenta unas necesidades educativas específicas que es preciso conocer previamente para articular y planificar intervenciones coherentes con ellas y de calidad.

    La planificación de la intervención psicoeducativa debe construirse a partir de los resultados de un exhaustivo proceso de evaluación y análisis centrado tanto en las características y condiciones del niño, como en las del contexto con el que se relaciona.

    Las más recientes aportaciones psicológicas acerca de altas capacidades, hablan de la interacción de:

    • Enseñanza-aprendizaje.
    • Contexto-conducta.
    • Motivación-rendimiento.

    Si crees que tu hijo es un niño con altas capacidades:

    Acude a nuestro centro de psicología situado en Valencia, estamos en la calle Fontanares nº51 1ºB y valoraremos para confirmar o no la existencia de altas capacidades en él, y de esa forma valorar la necesidad de tratamiento terapéutico.

    SUPERDOTADOS

    “Se refiere a la combinación de una superioridad cognitiva, de la creatividad y de la motivación en grado suficiente para considerar al niño destacado sobre la gran mayoría” (Renzulli).

    Precoces

    En relación con un marcado desarrollo temprano de algunas conductas. La precocidad se manifiesta especialmente en ciertas áreas: el lenguaje, la música, las matemáticas y la motricidad.

    Talentosos

    Se utiliza para identificar una habilidad, una aptitud sobresaliente en un campo concreto: académico o artístico, por ejemplo el talento musical, matemático…

    Creativos

    Hace referencia a la capacidad para tener y expresar ideas nuevas, dar sentido algo, encontrar relaciones diferentes, proponer soluciones alternativas y variadas a situaciones problemáticas.

    Prodigios

    Supone la realización de una actividad extraordinaria en relación con su edad. Su rendimiento en un campo concreto es similar al del adulto.

    Genios

    Implica la realización de una obra genial, merecedora de reconocimiento universal. No tiene sentido la utilización del término en el campo educativo.

    trastornos de la alimentación

    Anorexia, bulimia y obesidad

      La anorexia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza porque el niño/adolescente, aunque tenga apetito, se niega a comer. Los niños y niñas con anorexia tienen inapetencia, sin una razón aparente. 

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      Cuatro características son las que definen la anorexia:

      1. Existe una conducta por parte del niño y adolescente, que le lleva a una pérdida de peso muy importante. Rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal considerando la edad y la talla. (Por ejemplo una pérdida de peso que da lugar a un peso inferior al 85 % del esperable. O fracaso en conseguir el aumento de peso normal durante el período de crecimiento, dando como resultado un peso corporal inferior al 85 % del peso esperable).

      2. Alteración de la percepción del peso o la silueta corporales, exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.

      3. El adolescente sufre alteraciones hormonales que le llevan a la desaparición de la menstruación en el caso de las mujeres.

      4. Tiene un miedo exagerado a estar gorda. Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, incluso estando por debajo del peso normal.

      La bulimia o bulimia nerviosa es un trastorno alimentario y psicológico. Caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el niño o adolescente se aleja de las pautas de alimentación saludables.

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      Consumiendo así comida en exceso en períodos de tiempo muy cortos, también llamados atracones (lo que le genera una sensación temporal de bienestar), para después eliminar el exceso de alimento a través de vómitos o laxantes. El temor a engordar afecta directamente a los sentimientos y emociones del enfermo. Influyendo de esta manera en su estado anímico que en poco tiempo desembocará en problemas depresivos.

      Podría definirse en base a los ciclos de atracón-purga.

      ATRACÓN:

      • Ingesta descontrolada y rápida de gran cantidad de alimentos, en un corto período de tiempo. (Por ejemplo, en un período de 2 horas). En cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias.
      • Sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento. (Por ejemplo, sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo).

      PURGA

      Intento de eliminación activa de los alimentos ingeridos. A través del vómito autoprovocado y/o de la ingesta de laxantes y diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.

      La obesidad infantil es un problema de salud caracterizado por el exceso de grasa corporal en el tejido adiposo. Siendo Superior al 20% del peso corporal de un niño en dependencia de:

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      La edad, la talla y el sexo debido a un balance energético positivo mantenido durante un tiempo prolongado.

      Dicho nivel de adiposidad supone todo un condicionante para su salud general y su bienestar.

      Predisponiéndole a sufrir otras patologías secundarias y asociadas. Según los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de esta enfermedad a nivel internacional es cada vez mayor.

      En 2010 había unos 42 millones de menores con sobrepeso. Registrándose la mayor parte de los casos en países en vías de desarrollo.

      ansiedad infantil

      Antes de hablar de ansiedad infantil, diferenciaremos entre tres puntos importantes: miedo, estrés y ansiedad.

        MIEDO

        El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o imaginario, presente, futuro o incluso pasado.

        Cuando la ansiedad se remite a estímulos específicos, se habla propiamente de miedo.

        La mayoría de los niños experimentan muchos temores leves, transitorios y asociados a una determinada edad que se superan espontáneamente en el curso del desarrollo, son los llamados” miedos evolutivos”.

        ESTRÉS

        El estrés (“tensión”) es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

        Los síntomas son algunos notables como el nerviosismo (temblar) o estar inquieto. Otros no son tan notables como:

        La aceleración del corazón.
        Las pupilas dilatadas.
        La sudoración.
        El erizamiento del vello (de brazos o piernas).

        ANSIEDAD

        La ansiedad (“angustia, aflicción”) es una respuesta emocional o conjunto de respuestas ante situaciones que son displacenteras.

        Para la mayoría de los niños resulta complicado explicar lo que les pasa. Más aún si ellos mismos no están seguros de lo que les sucede.

        En general, no logran identificar lo que sienten. Saben que algo no anda bien. Pero al tener un repertorio limitado de expresión, les resulta difícil explicar la sensación de agobio y ansiedad, característicos del estrés.

        Hay situaciones en las que la ansiedad infantil en un niño puede llegar a tener un aumento, como son las siguientes:

        • En el ámbito familiar. Pérdida de algún padre o ser querido (por fallecimiento o divorcio), peleas entre los padres, nacimiento de un hermano, mudarse de casa, barrio o país…
        • Respecto al ámbito escolar. Orinarse en clase, rendir en los exámenes o tener evaluaciones negativas, ser molestado por otros niños, ser el último en lograr algo, ser ridiculizado en clase, mudarse a un nuevo colegio o repetir curso, romper o perder cosas, llegar tarde al colegio…
        • En otros contextos. Perderse o quedarse solo en un centro comercial, ir al dentista, al médico o al hospital, hacer algo ante un público. (Representar o actuar)…

        El contexto o circunstancias sociales del niño/adolescente y en las que tiene lugar el problema, determinan en gran medida la importancia y significado del mismo.

        La duración o persistencia del miedo es importante, ya que las fobias tienden a persistir y prolongarse en el tiempo, aunque varíen en intensidad.

        Principales trastornos de ansiedad infantil:

        • Ansiedad por separación
        • Cutting (autolesiones)
        • Fobia social infantil
        • Fobias específicas
        • Brontofobia
        • Ligirofobia
        • Ansiedad generalizada
        • Trastorno obsesivo compulsivo
        • Trastorno por estrés post traumático

        Enuresis y encopresis

        ENURESIS

        Es un trastorno evolutivo, es decir, está ligado a la edad. Se considera que en un desarrollo y aprendizaje normales, el niño va a aprender el control urinario en torno a los 3 años. Por ello, hablaremos de trastorno (enuresis) a partir de los cuatro años. Cuando ya se considera que el niño tiene la madurez suficiente para adquirir el control voluntario del reflejo de orinar. Va a tener como consecuencia que el niño se va a orinar encima durante el día o en la cama durante la noche.

        tipos de enuresis
        • Puede ser diurna o nocturna, según el momento de la incontinencia.
        • Primaria o continua cuando no hay un período de control, de continencia persistente.
        • Secundaria o discontinua cuando ha habido más de 6 meses de continencia.
        • Asociada a patología orgánica, o funcional que es cuando no existe patología urológica ni neurológica.

        A los 5 años el 20 % se hace pis en la cama. A los 10 años el 3 % y a los 12-14 años el 2 % de los niños. El criterio para comenzar el tratamiento es a los 5 años.

        Encopresis

        Es la incontinencia de materia fecal después de los 4 años de edad. Es el paso voluntario o involuntario de heces que comprende desde el simple manchado de la ropa interior a la evacuación de mayores cantidades de heces. En lugares no adecuados para este propósito. De acuerdo con las pautas socioculturales propias del lugar. La encopresis es más común durante el día que por la noche.

        tipos de encopresis
        • No funcional: es el resultado de factores dietéticos, reacciones alérgicas a alimentos u otras sustancias, infecciones, enfermedades o anormalidades anatómicas y fisiológicas.
        • Continua o primaria, donde no ha habido control intestinal.
        • Discontinua o secundaria donde hay períodos de control intestinal.
        • Retentiva, historia de constipación, defecación infrecuente y uso regular de laxantes.

        Aproximadamente el 1% de los escolares de los primeros años presentan este cuadro. Siendo predominante en un 80% aproximadamente en el sexo masculino.

        Encontramos un 8 % a los 3 años, 3 % a los 4 años y 2 % a los 5 años. Parece disminuir con la edad. El criterio para iniciar el tratamiento es a los 4 años. 

        Hiperactividad y Déficit de Atención

        El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad) es un trastorno con un fuerte componente biológico que afecta a la capacidad del niño para regular su nivel de:

        • Actividad (hiperactividad).
        • Inhibir o frenar determinados pensamientos o conductas (impulsividad).
        • Dificultades para mantener la atención y concentración, así como para seguir instrucciones (inatención).

        Estas alteraciones comportan repercusiones negativas en el ámbito fa­miliar, escolar, social y en la configuración del “self” (sí mismo), lo que determina una adaptación diferente de estos niños.

            En la actualidad, se admite que el TDAH se inicia en la temprana infan­cia y presenta 3 subtipos clínicos, según el DSM IV:

            • Predominio de problemas en el manejo de la atención (TDAH tipo inatento).
            • Predominio de im­pulsividad-hiperactividad, el niño muestra gran actividad motora y dificultades en el control de impulsos (TDAH tipo hiperactivo –impulsivo).
            • Y un tercero que combina ambos elementos (TDAH tipo combinado).

              Rabietas y desobediencia

              La desobediencia, rabietas y negativismo, son los trastornos más habituales durante la infancia. En los tres se da un desafío a la autoridad y al control de los padres. Por lo que el vínculo de relación familiar es estos casos puede llegar a ser negativo.

                Puntos clave niños TDAH:

                • Los niños que presenten déficit de atención, hiperactividad, impulsividad, insuficiente rendimiento escolar o problemas de conducta, deben ser valorados por el Pediatra de Atención Primaria.
                • Por lo que el diagnóstico requiere el cumplimiento de los criterios del DSM-V.
                • La información debe obtenerse del niño, de ambos padres y de los profesores.
                • Por tanto, se debe investigar la existencia de comorbilidad, valorándose su derivación a Neurología o Psiquiatría (Unidades de salud mental).
                • Se realizará un tratamiento individualizado, multimodal que incluya intervenciones psicosociales en el niño, familia y centro escolar.
                • El tratamiento farmacológico en los casos indicados se hará con metilfenidato como fármaco de primera elección.
                • Se realizará un seguimiento periódico para valorar la evolución clínica, psicosocial y el rendimiento académico.

                  Problemas derivados del déficit de atención e hiperactividad

                  Retrasos en Habilidades cognitivas:

                  • Ausencia, reducción o retraso de verbalizaciones internas o “discurso privado”
                  • Dificultades para pararse a pensar antes de actuar, esperar su turno, trabajar por recompensas a largo plazo en lugar de inmediatas.
                  • Se muestran poco hábiles a la hora de pensar alternativas para resolver problemas, resolviéndolos de forma rápida y poco reflexiva.

                  Deficiencias en el control de las emociones:

                  • Dificultades para ejercer control sobre la intensidad de sus reacciones emocionales. Son rápidamente alterables y fácilmente frustrables por los acontecimientos.
                  • Dificultad para encontrar motivación intrínseca que le ayude a realizar tareas poco atractivas o sin recompensa inmediata.

                  Deficiencias de memoria:

                  • Su déficit de atención hace que no reciba y no almacene la información adecuadamente, la recuperación por tanto es inadecuada.

                  Variabilidad temporal:

                  • Variabilidad en la calidad, cantidad y rapidez de su trabajo de un día a otro.

                  Problemas de rendimiento escolar:

                  • Aprendizajes incompletos o incorrectos de habilidades básicas para un buen rendimiento académico. Como la lectura comprensiva, acumulando retrasos que  pueden conducir sin ayuda a un fracaso escolar.

                  Rabietas y desobediencia

                  Antes de hablar de ansiedad infantil, diferenciaremos entre tres puntos importantes: miedo, estrés y ansiedad.

                    Por desobediencia se entiende aquellas conductas en las que el niño no responde a las órdenes o indicaciones de sus padres, o lo hace después de repetírselo repetidas veces.

                    “Los niños habitualmente intentan saltarse los límites que les ponemos. Esto provoca que tengamos que ir enfrentándonos a muchas discusiones hasta que aprendan a comportarse de la manera adecuada. Es normal que los niños quieran probar hasta dónde pueden llegar y cuál será nuestra reacción si sobrepasan el límite marcado. Es en ese momento cuando hay que mostrarse firmes. Pues si cedemos, costará mucho más retomar el respeto de las normas”.

                    Las conductas negativistas tienen que ver con decir “no a todo”. En especial importancia a aquellos hábitos que el niño tiene que hacer cada día. Según los hitos evolutivos, como son: bañarse, lavarse los dientes, vestirse, hacer los deberes, irse a la cama…

                    Las rabietas son comportamientos desagradables que se presentan con frecuencia en respuesta a deseos o necesidades insatisfechas. Las rabietas tienen mayor probabilidad de presentarse en niños pequeños o en alguien que no pueda expresar sus necesidades, controlar sus emociones cuando está frustrado o dificultad con el vocabulario para expresar lo que se quiere conseguir.

                    Es importante establecer rutinas y hábitos para prevenir las rabietas

                    Para ello es necesario que ambos padres diseñen un listado con actividades y normas a seguir en la casa. Estas deben incluir horarios de baños, alimentación, juegos en solitario del niño y juegos de los padres con ellos, de las comidas, de ir a dormir, de salir de paseo, de cuentos, etc. Es importante que las normas sean pocas, claras y ajustadas a cada edad.

                    Por tanto lo ideal es acompañar estas rutinas con símbolos o rituales. Por ejemplo: para leer el cuento, el niño tiene que estar bañado, con pijama y metido en la cama, si no es así… “NO HAY CUENTO”, aunque llore, patalee y os de tristeza. Este es el punto que nos ayudará a transmitir los límites y el encuadre de seguridad a los niños.

                    La flexibilidad también es necesaria: dependiendo de las circunstancias o de la estación del año, algunas rutinas son más o menos difíciles de llevar a cabo. Por eso es necesario dejar abierta la posibilidad de flexibilizar. Así, poco a poco, los niños van cogiendo seguridad.

                    Celos

                    Los celos son sentimientos de envidia y resentimiento hacia otra persona que se supone obligada a prestarnos atención y no lo hace. Constituyen una reacción emotiva próxima a la ansiedad.

                    A nivel familiar nos podemos encontrar la rivalidad entre los hermanos por conseguir el afecto y la atención de los padres. Este suele ser el principal y primer motivo de celos.

                     

                      Los celos son un estadio relativamente normal que hay que superar y no tienen importancia sin son circunstanciales y pasajeros

                      Pero hemos de prestarles atención cuando:

                      • Alteren la convivencia y el desarrollo normal del niño-
                      • Sean persistentes y no remitan pasados los cinco años de edad.

                      Si se perpetúan pueden conducir a un desarrollo anómalo de la personalidad, apareciendo síntomas muy diversos como:

                      • Agresividad incontrolada.
                      • Inseguridad.
                      • Regresión.
                      • Desajuste en las relaciones interpersonales como desconfianza y envidia.

                      Existen distintas situaciones que pueden provocar en el niño el temor a perder el afecto de los padres o el sentimiento de haberlos perdido.

                      Las principales situaciones son: 

                      El nacimiento de un hermano: el recién nacido requiere una serie de cuidados y atención que hace perder al mayor parte de la que se le dedicaba a él:

                      • La conducta de la madre hacía los hijos cambia durante y después del embarazo.
                      • Puede aparecer impaciente o fácil de enfadarse
                      • Estos cambios están asociados a la gestación y el niño hace responsable de ellos al bebé.

                      Los favoritismos y preferencias de los padres: a veces los padres manifiestan preferencias por uno de los hijos, lo que crea celos en los otros.

                      La excesiva dependencia o necesidad de uno de los padres por parte del niño: normalmente de la madre, lo que desencadena celos hacia al otro progenitor por considerarle rival. En este punto es importante destacar que la sensación del niño es de tener que compartir a su madre.

                      El sentimiento de inseguridad y de inadaptación: el niño o la persona insegura frecuentemente envidia a los demás; estos sentimientos suelen ser el resultado de situaciones de ridículo en la infancia, de sentirse rechazado o bien criticado. La competencia entre hermanos ante cualquier circunstancia o actividad hace que surjan también los celos.

                      Si tu hijo o hija está en alguna de estas situaciones, te recomendamos que te pongas en contacto con nosotros.

                      ¡Tenemos amplia experiencia en este tipo de casos y podemos ayudarte!

                      ALEMAR – PSICÓLOGO INFANTIL VALENCIA

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